Trata de Mario y de Delia. Delia siempre
lleva el luto de su novio fallecido y es una chica tétrica y misteriosa. Vive
en casa de los Mañara. Ellos la odian.
Mario se sentía atraído por ella. Al
principio iba a su casa a charlar, ella le hacía probar bombones, solamente
Mario sabia apreciar el arte de Delia en la fabricación de bombones, los Mañara
no solían comerlos, sospechaban.
Delia estaba triste. Mario pensaba que echaba
de menos a sus novios, quería casarse con ella y alejarla de los recuerdos,
pero no sabía el auténtico motivo de su tristeza, pensaba que todo era por
culpa de los anónimos que Delia recibía.
Una noche como cualquier otra ellos estaban a
solas, él fue a tomar el bombón que Delia le ofrecía y vio restos de una
cucaracha en el bombón, entonces lo hizo añicos y lo arrojó en la cara a Delia,
que quería llorar, pero Mario empezó a estrangularla. Los Mañara seguro que
estaban tras la puerta, deseando que él la matara, pero al final la dejó caer
casi sin respiración y se marchó sin matarla, compadeciendo a la familia.